LA LEYENDA DE LA CAMPANA
Mientras montaba a lo largo de esa noche, pensaba cuán afortunado era él en ese estado de su vida, tener un "socio" cariñoso como su moto que entendía su necesidad de vagar por las carreteras y a su vieja cacerola que no la había dejado abajo ni una vez en los muchos años ellas había compartido el camino junto con él.
Cercana a las 40 millas de norte de la frontera en el desierto alto, estaban al acecho un grupo pequeño de "critters" conocidos como "GREMLINS DEL CAMINO".
Sabes, existen obstáculos en la carretera, tales como zapatos, palos y pedazos de viejos neumáticos y también clavos de ésos temidos para los motoristas y tantos otros objetos que influyen en el rodar de una moto, así los "GREMLINS DEL CAMINO" los aprovechan para tener una ocasión de rejocijo sobre sus actos del mal.
Bien, este lobo motorista solitario entró a una curva a la luz de la Luna y los gremlins los emboscaron, haciéndolo estrellarse contra el asfalto y en el resbalón -antes de detenerse- una de sus alforjas se rompió.
Yacía ahí incapaz de moverse, cuando los "GREMLINS DEL CAMINO" de acercaron hacia él. Bien, este motorista no estaba dispuesto a entregarse y comenzó a lanzarles los objetps que traía en sus alforjas, mientras los gremlins seguían acercándose. Finalmente, se quedó sin nada que lanzar, pero, él tenía una campana y comenzó a sonarla con la esperanza de asustar a los pequeños malvados gremlins.
Siendo agradecido de los dos motoristas, el viejo "perro del camino" les ofreció pagarles su ayuda, pero, como lo hacen todos los motoristas verdaderos, ellos rechazaron aceptar cualquier tipo de pago. No siendo él partidario de dejar pasar un noble acto inadvertido, el viejo motorista cortó dos pedazos de cuero de sus alforjas y les ató una campana cada uno. Enseguida las colocó en cada uno de las motocicletas de los motoristas, tan cerca a la tierra como fue posible.
El guerrero de camino cansado y viejo les dijo a los dos viajeros: "Con esas campanas colocadas en sus motos, estarán protegidos contra los "GREMLINS DEL CAMINO" y, que siempre que estuviesen en un apuro, hicieran sonar la campana y un compañero motorista vendría en su ayuda".
Así que cuando veas a un motorista con una campana, sabes que lo han bendecido con la cosa más importante de la vida: